domingo, 9 de noviembre de 2008

Los perros también lloran

Desde que, increíble pero cierto, me endosaron dos perritos, a mí, à moi, creo que empiezo a parecerme a la Dra. Zira, del planeta de los simios.

Hoy he podido constatar que mi yorkshire llora. Llora porque le duelen las patas traseras y hay que operarle. Llevo gastada una fortuna en veterinarios y originales accesorios caninos, incluido un elegante fondo de armario de Louisdog: un traje de marinerito, un pijama azul con capucha y una moderna camiseta color visón y lema dorado "royal puppy". Por si fuera poco, últimamente ha decidido que sólo come croquetas y hamburguesitas de pollo recién hechas. Cualquier día de estos me dirá que se llama Taylor...

¿Qué haré entonces? ¿Qué hago yo cuidando histéricamente de un perrito, dos para ser más exactos? No me dejan descansar ni un minuto. ¿Cómo han podido hacerme esto a mí, à moi? Es de TBO. Sí, lo sé, son tan monos... y los niños insistían tanto... ¡Grrrrrr!

En cualquier caso, la constatación de la existencia de un lenguaje canino no deja de ser inquietante. Cualquier día de estos me pedirán gambas a la plancha. Según este vídeo... tengo todos los números.

http://multimedia.terra.es/viewer/portada.cfm?cod_media=83922&mapnivel1=NGO&parte=1