lunes, 19 de octubre de 2009

Inglaterra, Inglaterra





Desde hace muchos años emigro a la verde Inglaterra durante el mes de Agosto, dejando atrás el insoportable calor bochornoso de la costa mediterránea y preguntándome siempre qué extraño delirio puede inducir a multitud de británicos a hacer exactamente lo contrario. Esta recurrente oportunidad veraniega de alternar una estancia en Londres con algún retiro campestre es para mí la escapada perfecta.

Nunca me canso de viajar a Inglaterra en verano y no tengo ninguna intención de cambiar mi rutina estival por expediciones a lugares más exóticos o vistosos. Quizás haya nacido con alma de jubilada y hasta las ovejas repriman bostezos a mi lado, pero la combinación de unos días en Londres para visitar exposiciones o ver alguna obra de teatro, seguidos por retiros en pintorescos hotelitos campestres -siempre con buenas provisiones de libros y tés servidos en delicada porcelana antigua- constituye mi ideal vacacional, sin que, hasta el momento, estas apacibles incursiones “country life”, dignas de Miss Marple, se hayan visto alteradas por la necesidad de resolver crimen alguno.

Invariablemente, cada verano suelo visitar al menos una o dos mansiones del National Trust o patrimonio histórico británico. Y aunque normalmente me muevo por los condados del sur, en esta ocasión me desplacé algo más al norte, hasta Northamptonshire, para pasar unos días con unos amigos. De la mano de nuestros amables anfitriones, visité esta vez dos ejemplos de arquitectura isabelina: las ruinas de Lyveden New Bield (en la foto de cabecera) y Burghley House (ver enlace al final de la entrada).

Lyveden New Bield es una construcción del siglo XVI a medio terminar, que tiene el aliciente de disponer de uno de los pocos jardines isabelinos cuya configuración se conserva según su diseño original. Forman parte del mismo un huerto de árboles frutales – lo que en la época era al parecer todo un lujo – y un caminito que asciende suavemente en espiral sobre un montículo ribeteado por un estanque, recorrido especialmente diseñado para que las damas isabelinas pudieran pasear cómodamente con sus amplias faldas sin ningún tropiezo y sin cansarse. El edificio viene a ser un proyecto de pabellón de caza o recreo ordenado por Sir Thomas Tresham, miembro de una poderosa familia católica que finalmente cayó en desgracia cuando uno de sus descendientes se vio involucrado en la conspiración de la pólvora contra Jacobo I.

Burghley House, en Cambridgeshire, cuya construcción se realizó para el tesorero de Isabel I, Sir William Cecil, es un impresionante palacio que se utiliza a menudo en producciones cinematográficas, siendo algunas de las más recientes las de Orgullo y Prejuicio (en la versión protagonizada por Keira Knightley) y la de El Código da Vinci. Aunque desgraciadamente no hubo tiempo esta vez para visitar los interiores, los niños se lo pasaron muy bien en el exterior recorriendo el jardín de las sorpresas de agua.

Burghley

3 comentarios:

Apostata dijo...

Sus textos son una delicia para la que no parecen haber pasado los dos últimos siglos. Gracias por enseñarnos su Inglaterra, querida Circe. una Inglaterra que yo sería incapaz de ver con esos ojos aunque la visitara mil veces enfundado en un carric.

Feliz semana

Circe dijo...

Me alegro de que le haya gustado el texto. Le aseguro que las dos excursiones son muy recomendables y que la Inglaterra campestre es una verdadera maravilla.

Apostata dijo...

¡Ah! Pero sucede que servidor es un incapaz para observar de primera mano la belleza. Por eso necesito que la gente como usté me la traduzca. O que la fabule. Lo mismo me da con tal de escapar a otros mundos. ¡Y los suyos están tan bien dibujados! que a quien le puede importar si de verdad existen.